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miércoles, 6 de enero de 2016

INCENTIVOS: ¿Gasto o inversión?

Una buena retribución lleva aparejada una mayor motivación. Los ingresos a consecuencia del trabajo son fundamentales para cualquier persona ya que con ellos se deben de cubrir las necesidades básicas a la vez que mejorar su calidad de vida en estos entornos difíciles en los tiempos que corren.
La gestión  del área de recursos humanos es la encargada de realizar una buena política retributiva  y las percepciones salariales. Téngase en cuenta que la mayor o total fuente de ingresos de los trabajadores son el salario que perciben y este tiene una gran importancia.

Pero sin duda los costes salariales del conjunto de los trabajadores de una empresa, representan un porcentaje sobre los ingresos o facturaciones y también un porcentaje sobre los beneficios, este varía en función del tipo de actividad y de los márgenes de los productos o servicios que se ofrecen al marcado.

Por lo que resulta muy conveniente que las empresas compensen adecuadamente el trabajo que realizan los trabajadores en sus centros de trabajo, a través de aportaciones diversas dinerarias o no, pero que en cualquier caso cumplan ese papel motivador necesario para la implicación de un proyecto y para asegurar la eficiencia y productividad necesarias para competir en los mercados.
En la inmensa mayoría de las actividades empresariales los salarios, vienen establecidos y regulados en los convenios colectivos, y en muchos casos incluso la posibilidad de instaurar un sistema de incentivos, por regla generar relacionados con el rendimiento y poco más, a través de un copia y pega de otros convenios. En algunos casos este encorsetamiento normativo limita la posibilidad de explorar o aplicar otras formulas incentivadoras y motivadoras, posiblemente más interesantes y eficaces que las clásicas sobre los incentivos basados únicamente en el rendimiento de la cantidad de trabajo en unidades.
Conjugar competitividad, productividad y rentabilidad requiere de una reflexión que no debe de tener un formato fijo para todas las empresas, ya que cada una de ellas tiene sus peculiaridades, estrategia, cultura, valores, ubicación en el mercado, objetivos, estructura, etc.
La empresa y su dirección deben tener claro que quieren incentivar: calidad, productividad, reducción de costes, valor añadido, eficiencia, política de prevención, medio ambiente, etc. Y como lo quiere incentivar. Además es muy importante prever un buen proceso de de negociación y de comunicación. Un sistema de incentivación tiene que ser claro, transparente, flexible y equitativo. A la vez el sistema de control debe ser ágil y que no conlleve excesivos costes en la gestión y valoración del incentivo personal o colectivo.
La crisis y el desempleo no se han instaurado de forma permanente, si bien se está prolongando fuera de todo pronóstico, más pronto que tarde habrá recuperación económica y mas oferta de empleo, por lo que en la medida de lo posible los trabajadores y profesionales tendrán más posibilidades de acceder a empleos que satisfagan mejor sus necesidades, invertir en tener y retener trabajadores cualificados y con experiencia, es una buena política de empresa.
En definitiva los incentivos son una herramienta cuyos efectos conseguirán que el personal se encuentre a gusto en su trabajo y colabore en el aumento de la productividad de la empresa.
Pero como hemos comentado puede ser dinerarios o no dinerarios, lo que se viene denominado salario emocional, aquí también existen muchas posibilidades que perfectamente pueden compaginarse con los incentivos dinerarios: Conciliación de la vida profesional y personal. Ayudas en la búsqueda de vivienda y colegio para los niños. Ayudas a hijos y guardería. Apoyo a familiares dependientes. Planes de pensiones. Vales para víveres, tickets restaurante. Descuentos en prácticas de deportes. Tickets para transporte, viajes y regalos. Servicio de mantenimiento del vehículo, cambio de aceite al coche, servicio de traslado del automóvil al taller. Descuentos en peluquería y tintorería. Formación, flexibilidad laboral, desarrollo profesional, flexibilidad laboral, medidas de colocación interna y externa.

Mi conclusión es que los incentivos elevan la motivación y por lo tanto la eficiencia, son una muy buena inversión.