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lunes, 1 de febrero de 2016

FORMACIÓN: ¿GASTO O INVERSIÓN?

“Solo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”. Henry Ford. (Fundador de Ford).
Todavía no se considera la formación como una materia necesaria para un mejor desarrollo de la empresa a todos los niveles. Existen un gran número de empresas que no usan el crédito que tienen asignado en su totalidad y muchas de ellas, ni siquiera la mitad del mismo.
El día a día, la gestión o la falta de tiempo, hacen que se olvide o se deje en un segundo plano, la formación para trabajadores y directivos, cuestión muy importante, en el reciclaje y transmisión del conocimiento. Formar y formarse para mejorar lo que ya conocemos y adquirir conocimientos nuevos en lo que desconocemos, está más cerca de ser una inversión que un gasto. Todo esto a pesar de la existencia de Planes de ayuda a la Formación Continua con financiación del Fondo Social Europeo y de la Fundación Tripartita.
Las empresas disponen de un crédito anual asignado en función del número de trabajadores y de la cuantía de la cuota de formación profesional, por lo que la formación se puede financiar en las cuotas de la seguridad social. El Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, estableció las cuantías sujetas a subvención a las empresas que inviertan en formación. EL cálculo del crédito de formación se realiza anualmente y no es acumulable, por lo que es muy recomendable hacer uso del mismo, de lo contrario se pierde, además se asegura una cantidad mínima de más de 400 euros, a cada empresa para invertir en formación. Existen varias modalidades que cada empresa puede acoplar en función de sus características, presencial, semi presencial, distancia, teleformación o mixta.
“Si crees que la formación es cara, prueba con la ignorancia”. Derek Bok. (Ex Rector Harvard University).  

La formación lejos de ser un gasto o una pérdida de la inversión, es justamente lo contrario y donde hay muchos beneficios a considerar para los dos actores principales.
Por una lado, la empresa cuenta con un mayor valor del recurso, a un coste bajo y subvencionable, mejora la imagen y el prestigio de la empresa, al tener el talento estará mejor preparada para las posibles adversidades futuras, el personal formado esta mas preparado para tomar decisiones y solucionar problemas, mayor rentabilidad, aumento de la eficacia en el trabajo, aumenta la productividad y en rendimiento, mayor motivación del personal y confianza en la empresa, sentimiento de pertenecía y adhesión al proyecto, mayor flexibilidad organizativa y polivalencia, aumenta la satisfacción del cliente.
Por otro, los trabajadores se enriquecen personal e intelectualmente, se sienten más integrados en la organización, mejores competencias en los puestos de trabajo, estabilidad en el empleo, satisfacción en el puesto de trabajo, mayor predisposición a cambios y nuevos proyectos, igualdad de oportunidades y mejor promoción profesional, incremento de las oportunidades laborales.
“Forma bien a la gente para que puede marcharse, trátales mejor para que no quieran hacerlo”. Richard Branson. (Virgin).

La formación en la empresa solo acarrea beneficios, es muy importante para la empresa y para los trabajadores. La transmisión del conocimiento aporta riqueza y este se debe acometerse a través de la formación. Es responsabilidad de todos hacer que nuestras empresas sean más competitivas y mejoren su posición en los mercados, y la formación es una oportunidad para ello.