“Es el método más exacto conocido hasta ahora para establecer normas de rendimiento, de las que dependen la planificación, los controles eficaces de la producción y los costes”.
Fuente: Introducción al estudio del trabajo.
Publicado con la dirección de George Kanawaty Cuarta edición. Oficina
Internacional del Trabajo. Ginebra.
El
estudio del trabajo es un instrumento que debidamente empleado, aporta una gran
rentabilidad a las empresas. Para ello, es conveniente considerar algunos
aspectos de interés relacionados con esta materia.
“Es un medio
de aumentar la productividad de una fábrica o instalación mediante la
reorganización del trabajo, método que normalmente requiere poco o ningún
desembolso de capital para instalaciones o equipo.
Es
sistemático, de modo que no se puede pasar por alto ninguno de los factores que
influyen en la eficacia de una operación, ni al analizar las prácticas
existentes, ni al crear otras nuevas, y que se recogen todos los datos
relacionados con la operación.
Es el método
más exacto conocido hasta ahora para establecer normas de rendimiento, de las
que dependen la planificación, los controles eficaces de la producción y los
costes.
Puede
contribuir a la mejoría de la seguridad y las condiciones de trabajo al poner
de manifiesto las operaciones de riesgo y establecer métodos seguros para
efectuar las operaciones.
Las economías
resultantes de la aplicaci6n correcta del estudio del trabajo comienzan de
inmediato y continúan mientras duren las operaciones en su forma mejorada.
Es un estudio
que puede ser utilizado en todas partes. Dará buen resultado dondequiera que se
realice trabajo manual o funcione una instalación, no solamente en talleres de
fabricación, industrias manufactureras, sino también en oficinas, comercios,
laboratorios, industrias auxiliares, como las de distribución al por mayor y al
por menor y los restaurantes, y en las explotaciones agropecuarias.
Es
relativamente poco costoso y de fácil aplicación.
Es uno de los
instrumentos de investigación más penetrantes de que dispone la dirección. Por
eso es un arma excelente para atacar las fallas de cualquier organización, ya
que al investigar un grupo de problemas se van descubriendo las deficiencias de
todas las demás funciones que repercuten en ellos”.
Cuál es la realidad.
El
estudio del trabajo nos ofrece unos excelentes resultados, ya que pone encima
de la mesa los problemas y soluciones. Pero esto requiere tiempo, y las
personas que dirigen o tienen mando en las empresas, no pueden encargarse del
estudio del trabajo.
Un
director de una fábrica, un jefe de sección o un encargado, por competentes que
sean, nunca disponen de suficiente tiempo sin interrupciones, mientras cumplen
su labor cotidiana con sus múltiples problemas humanos, materiales y del
proceso productivo, para dedicarse enteramente al estudio del trabajo de una
empresa. Por eso les es casi imposible conocer todos los datos sobre lo que
está sucediendo en su actividad.
Por otro lado, es necesario conocer todos los datos, que de lo
contrario, será imposible tener la seguridad de que las modificaciones que se
realicen se basan en información exacta para que puedan provocar el efecto
deseado.
Por lo que, es
indispensable estudiar y observar continuamente, el desarrollo de las
actividades. Esto significa que el estudio del trabajo deberá encomendarse
siempre a quien pueda dedicarse en exclusivamente y sin ejercer funciones de
dirección, es decir, a alguien que realice funciones de asesoramiento y no de
mando. Ya que aportara una visión crítica, sin contaminaciones por usos y
costumbres del interno de la empresa.
Conviene
resaltar que un cargo con mando tiene autoridad sobre sus subordinados
inmediatos para supervisarlos. El técnico y asesor, en cambio, concluye con
informes, da su opinión y formula recomendaciones basándose en sus
conocimientos especializados, pero no tiene autoridad ni poder para hacerlas
aplicar.
Además una
de las realidades, estriba en el comportamiento de las personas. El técnico
debe manejarse con un exquisito cuidado, en ningún momento debe poner en
evidencia a nadie, debe tratar los temas y a las personas con tacto, de lo
contrario, puede crear rechazo y oposiciones de las direcciones y de los
trabajadores. Esto tendrá una repercusión negativa en las RR.LL. e incluso se
podrá fraguar un posible conflicto. En los casos, de empresas donde se ha
intentado el estudio del trabajo, con personal interno, aun con las capacidades
adecuadas, por lo general no se han conseguido buenos resultados, el técnico
debe entender, que esto suele ser así, por falta de tiempo y dedicación.
Pero,
también las direcciones y mandos, deben entender, que el técnico o asesor
externo, no es el enemigo, todo lo
contrario, un aliado y colaborador útil, que le presta un servicio tanto a la
dirección como a la empresa y que los resultados son beneficiosos para todos.
Es por
ello que el estudio del trabajo, es un servicio de puesta a disposición de
direcciones y mandos intermedios, para facilitarles su trabajo, así como la
toma de decisiones, tácticas y estratégicas, que garantizaran la viabilidad de
la empresa.
Los resultados
hay que aplicarlos continuamente y de un extremo a otro de la empresa. No es
aceptable que los datos, las propuestas, e informes, queden a la espera de
aplicación en mejores tiempos, todo lo contrario, el estudio del trabajo y la
productividad, no entiende de mejores o peores tiempos, se trata más de tener
las bases y los datos para actuar en cada momento.
Planificación, costes y rendimientos.
Sin duda
para planificar es necesario hablar de tiempo, es fundamental conocer cuánto
tiempo va costar producir y cuando puedo comprometerme con el cliente para la
entrega del pedido. Hoy en día, no todas las empresas pueden disponer de un
stock, por su coste y por el almacenamiento. Por lo que la planificación de la
producción está directamente relacionada con el servicio al cliente.
Una de las
claves del éxito de una empresa, conjuntamente con la calidad y el servicio,
son los costes de sus productos. La competitividad de forma general se base en
ofertar nuestros productos, con mejor calidad, mejor servicio y más baratos que
nuestros competidores. Por lo tanto, es muy necesario conocer el tiempo de
fabricación para saber el coste de nuestra unidad, con la mano de obra, así
como otros indirectos. De nuevo el factor tiempo juega un papel importante.
Una dirección
debe conocer estos datos y resultados con la máxima exactitud, ya que de esta
forma estará en condiciones de fijar los precios de venta más ventajosos y
competitivos en su mercado, así como los márgenes resultantes. De lo contrario
se corre el riesgo de hacer frente a la competencia, con bajadas de precio
temerarias, que pueden provocar pérdidas y por lo tanto poner en riesgo la
viabilidad de la empresa.
El estudio de
tiempos nos genera información suficiente para fijar costes de producción, mano
de obra, materiales, energía, etc. La medición del trabajo, además de fijar
tiempos tipo, también indica, y con precisión, el desempeño efectivo. “Nunca se insistirá demasiado en la
necesidad de contar con tiempos tipo exactos. La falta de datos completos sobre
los costos es la verdadera causa de muchos errores de dirección y de muchos
fracasos de empresas industriales”.
La medición
del trabajo y la asignación de tiempos en los elementos y ciclos, establece de
forma técnica y científica las producciones horarias exigibles. Pero estas no
necesariamente terminan en la instauración de un sistema de incentivos.
En cualquiera
de los casos conviene conocer algunos aspectos interesantes:
Los tiempos se
basan en la observación directa y en la anotación de lo observado por los
métodos más exactos posibles.
Se hacen
suficientes observaciones de todos los elementos de trabajo (tanto repetitivos
como frecuenciales) como para tener la seguridad de que los tiempos finalmente
seleccionados para formar el tiempo tipo, son representativos y de que se
tuvieron en cuenta los sucesos aleatorios.
Se obtienen y
archivan datos completos que pueden ser examinados por la dirección o por los
trabajadores en caso necesario.
En el caso de
la instauración de un sistema de incentivos, los tiempos y demás datos ofrecen
una base objetiva a las negociaciones entre la dirección y la RLT sobre normas
de rendimiento, las apreciaciones subjetivas sobre los tiempos, son ineficaces
y crean desconfianza.
“Un estudio de métodos bien aplicado
seguido de una medición del trabajo permite a la dirección garantizar los
tiempos tipo con un alto grado de seguridad de que no se expone a perpetuar
tasas de remuneración antieconómicas”.
Para que un
sistema de remuneración por rendimiento u otros parámetros tenga éxito es muy
importante que sea transparente, con objetivos y tasación claros, conseguible,
equilibrados y correctamente publicitados en la plantilla. Si fallamos en
cualquiera de estas premisas, el sistema nace huérfano, se instaura la
desconfianza y el fracaso. El segundo intento costara mucho tiempo y un
importante cambio en la política de RRHH. Pero de este tema os hablare en otra
ocasión.
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